GUERRA DE ESPÍAS CON DAMIAN LEWIS

 

El actor y productor inglés de corte de agente secreto Damián Lewis, ganador del Emmy y Globo de Oro presenta “Guerra de Espías, la primera súper producción – documental a través del cual se cuenta historias reales detrás de las misiones secretas de espías más emocionantes de la historia moderna.

Dedicada a los fanáticos del misterio, el espionaje internacional y las conspiraciones, esta nueva producción revelará las historias reales detrás de las misiones secretas de espías más emocionantes de los últimos 40 años, una producción con la que HISTORY inicia este 2021 a las 21:30 horas.

A través de innovadoras reconstrucciones y con información recientemente desclasificada, más testimonios de expertos y agentes de inteligencia que protagonizaron los hechos reales que expone la serie, la conspiración sale a la luz con esta nueva espectacular producción grabada en Londres, Moscú e Israel, que descubre notables historias reales detrás de las operaciones internacionales de espionaje más emocionantes y significativas de los último 40 años.

En esta reveladora serie, el reconocido actor de ‘Homeland’ y Billions, Damian Lewis nos muestra algunas de las misiones secretas más apasionantes de la historia moderna. Cada episodio propone una dosis concentrada de espionaje, intriga y acción, con la revelación de expedientes secretos y archivos desclasificados, donde además descubriremos, incluso en profundidad, cómo operaban los agentes dobles más hábiles y letales del mundo. Todas historias que podrán verse en películas como James Bond o Jason Bourne, ¡solo que en este caso los enfrentamientos, asesinatos e intercambios de rehenes fueron absolutamente reales.

Los casos que presenta la serie van desde la Guerra Fría hasta la actualidad, entre ellos, la verdad detrás de la fuga de diplomáticos estadounidenses de Teherán, inmortalizada en la galardonada película Argo; la operación de espionaje que evitó por poco una guerra nuclear, hasta el increíble ‘intercambio de espías’ que involucró al ex oficial de inteligencia militar ruso Sergei Skripal y su hija Yulia en Salisbury donde sobrevivieron de un intento de asesinato perpetrado con gas nervioso en el 2018!

Otro de los casos de GUERRA DE ESPÍAS CON DAMIAN LEWISes el del agente de inteligencia soviético Vladimir Vetrov, que comenzó a trabajar para Occidente durante el apogeo de la Guerra Fría y permitió que la CIA saboteara literalmente la URSS de una manera asombrosamente ingeniosa, lo que llevó a lo que se describió como ‘la explosión y fuego no nucleares más monumentales jamás vistos desde el espacio’.

LA KGB
La historia de la KGB es larga y complicada, y sus raíces se remontan a los primeros días de la Revolución Rusa y la primera organización de policía secreta del régimen: la Checa.

Formada en 1917 para afirmar la autoridad del nuevo gobierno comunista de Lenin, la Checa era una fuerza aterradora, esencialmente por encima de la ley y libre para aplastar a todos los disidentes con impunidad. Su jefe, FelixDzerzhinsky, aseguró sin rodeos: “representamos en nosotros mismos el terror organizado”, una declaración de misión que se cumplió con creces durante el período denominado Terror Rojo, cuando miles y miles de rusos fueron detenidos y ejecutados en una campaña sistemática de tortura y asesinato.

La Checa fue solo la primera de varias organizaciones relacionadas que evolucionaron durante las décadas siguientes, culminando con la creación de la KGB en 1954. Mientras que los días del Terror Rojo y las purgas de Stalin quedaron en el pasado, la KGB fue -como antes, la Checa – capaz de operar con casi total impunidad, una especie de gobierno en la sombra que haría lo que fuera necesario para mantener la seguridad de la Unión Soviética.

Organizada como un ejército, con rangos militares, la KGB constaba de varios departamentos o direcciones, encargados de dirigir a espías en países extranjeros, vigilar a los ciudadanos soviéticos y erradicar posibles disidentes o rebeliones. Como cubría preocupaciones tanto nacionales como internacionales, la KGB era como una fusión de la CIA y el FBI (o MI5 y MI6 en términos británicos).

La KGB era temida no solo por la gente, sino también por los miembros más importantes de la clase dominante, que bien podrían convertirse ellos mismos en objetivos de la KGB. De hecho, su entonces jefe Vladimir Semichastny jugó un papel clave en la conspiración para derrocar del poder al líder soviético NikitaKhrushchev en 1964. Al regresar de unas vacaciones en la costa del Mar Negro, Khrushchev fue recibido en el aeropuerto por un grupo ominoso de funcionarios de la KGB, y debió haber sabido entonces que se le había acabado el tiempo.

El derrocamiento de Khrushchev significó el fin del llamado “deshielo de Khrushchev”, un período en el que el férreo control del Estado se relajó y los escritores, artistas y libre-pensadores disfrutaron de una atmósfera más liberal, al menos en comparación con los días oscuros de Stalin. Este florecimiento de la libertad incluso vio la publicación del relato de la vida de AleksandrSolzhenitsyn en el infernal sistemade campos de trabajos forzados delGulag en el que él estuvo preso, lo que habría sido impensable en años anteriores.

Sin embargo, el final del ‘deshielo’ vio el regreso de la represión, con la KGB victimizando a personas como Solzhenitsyn, cuyos manuscritos fueron incautados y que finalmente fue expulsado de la Unión Soviética.

El jefe de la KGB más conocido por tomar medidas enérgicas contra los disidentes domésticos en los años posteriores a Khrushchev fue Yuri Andropov, un hombre de acero, pero paranoico al que le gustaba especialmente utilizar la psiquiatría como herramienta de control estatal. En pocas palabras, los disidentes podrían ser diagnosticados como enfermos mentales simplemente por cuestionar el funcionamiento de la Unión Soviética, y encerrados sin ceremonias en hospitales psiquiátricos bajo la dirección de la KGB, sin derecho de apelación. Incluso

La KGB de Andropov fue igualmente activa en el escenario internacional, desempeñando un papel crucial en la eliminación de la ‘Primavera de Praga’ de 1968, un movimiento reformista que floreció en Checoslovaquia bajo su líder Alexander Dubcek, con una mayor libertad de expresión para el pueblo. Fue apodado “socialismo con rostro humano”, y motivo de gran alarma para Moscú y el propio Andropov. La KGB inició la “Operación Progreso”, que implicó la incorporación de agentes en toda Checoslovaquia; no solo para espiar lo que estaba sucediendo, sino también para plantar pruebas de que los seguidores de Dubcek estaban aliados con los occidentales capitalistas, y así crear un pretexto para una fuerza de invasión soviética masiva.

Las tropas soviéticas eventualmente inundarían el país ese mismo año y depondrían al nuevo régimen liberal. (Uno de los agentes de la KGB implicados en esta subversión fue Vasili Gordievsky, cuyo hermano Oleg, un compañero de la KGB, se convertiría más tarde en un agente doble para Occidente, en parte por disgusto por la invasión de Checoslovaquia).

Por supuesto, la KGB también es sinónimo de espías y agentes dobles en el Reino Unido y los Estados Unidos durante la Guerra Fría, sin mencionar las trampas de miel y los asesinatos. El asesinato más notorio relacionado con la KGB fue el de GeorgiMarkov, un escritor búlgaro disidente aniquilado con el evento recordado como “El asesinato del paraguas” en la que recibió un envenenamiento por ricina a través de un pinchazo en un paraguas adaptado en el puente de Waterloo de Londres en 1978.

Menos conocidos, pero casi tan inusuales, fueron los asesinatos de los nacionalistas ucranianos Lev Rebet y Stepan Bandera a fines de la década de 1950. Fueron asesinados por el sicario de la KGB BohdanStashynsky, usando una pistola rociadora diseñada para expulsar gas cianhídrico a la víctima. La verdad de estos peculiares asesinatos solo se divulgó cuando Stashynysky desertó a Occidente y lo admitió todo.

Las trampas de miel eran una especialidad particular de la KGB, con agentes femeninas conocidas como ‘golondrinas’ utilizadas para atraer a los hombres a posiciones inflexibles. Uno de los objetivos era Anthony Courtney, un diputado británico conocido por sus enérgicas condenas del estado soviético, cuyo romance con una agente de la KGB se filtró a la prensa y condujo a su caída política en la década de 1960. Otro objetivo era Maurice Dejean, el embajador de Francia en Moscú, a quien se vinculó con una hermosa joven estrella de cine soviético. Luego, un agente de la KGB se hizo pasar por el marido celoso de la mujer, cuya rabia fingida obligó a Dejean a buscar la ayuda de otro funcionario soviético y quedar bajo el control de la KGB, que lo utilizó como un activo reacio.

Traspasando tantas responsabilidades y niveles de intriga, la KGB fue temida y respetada hasta el final. En 1991, su jefe de línea dura, Vladimir Kryuchkov, ayudó a diseñar un intento de golpe de estado contra el líder reformista soviético MikhailGorbachev.

El golpe falló y la Unión Soviética se disolvió ese mismo año. La KGB fue desmantelada y finalmente reemplazada por dos agencias: la FSB, que se encarga de la seguridad nacional y el contraterrorismo, y la SVR, que se encarga del espionaje internacional. Ambas tienen una reputación temible, lo que garantiza que el siniestro legado de la Checa y la KGB perdurará durante mucho tiempo.

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