LA GRAN DIVA DE MÉXICO
*** En sus últimos instantes de vida, doña Silvia Pinal alzo su mano para despedirse de su familia diciéndoles ¡Adiós!, reveló una fuente cercana a la familia
***El Palacio de Bellas abre sus puertas para despedir a la Diva Sonorense: actriz y productora de teatro, cine y Televisión
Más que una actriz que escribiera su nombre con letras de oro, la sonorense Silvia Pinal Hidalgo de una Diva de la Cinematografía mexicano, tras su fallecimiento se convirtió en una Deidad del Cine Mexicano.
Sin fue y será la gran actriz que de estudiar en Bellas Artes camino de la mano de Luis Buñuel en cintas como “Vidiriana”( 1961( “el Angel exterminador”, (1962) y “Simón del desierto” (1965) “El Mexicano” (1997), aunque su carrera como actriz de cine inició en “El Pecado de Laura”, acompañada de Rafael Banquells su primer esposa.
Fue la estrella de “Adiós, Mimí Pompón” (1960) de Luis Marquina y “Maribel y la extraña familia” (1960), de José María Forqué. Tras participar en “Puerta…, joven” (1949) de Miguel M. Delgado, película en la que trabajó con Mario Moreno ‘Cantinflas’, o “La mujer que yo perdí” (1949) de Roberto Rodríguez, junto a Pedro Infante, en 1950, fue elegida para participar en la cinta “El portero” (1950). Luego y de la mano del director Gilberto Martínez Solares, llegarían “El rey del barrio” y “La marca del zorrillo”, en las que compartió créditos con Germán Valdés, ‘Tin Tan’. Ambas películas contribuyeron a popularizar definitivamente la imagen de Silvia Pinal en el cine.
“El amor no es ciego” con David Silva; “Azahares para tu boda”, con Marga López y Fernando Soler y “Recién casados… no molestar” con Mapy Cortés, son otros títulos que conforman la extensa filmografía de Silvia Pinal, quien en 1950 trabajó con Niní Marshall y Joaquín Pardavé en “Una gallega baila mambo “ y con Elsa Aguirre, en “La estatua de carne” (1951).
La señora Pinal fue más que una actriz de cine, su talento la llevó a ser primera mujer que trajo el teatro musical de Broadway, de Londres y Francia a México como “Ring Ring llama el amor”, “Sueños de una noche de Verano”, “Mame”, “¡Qué tal Dolly!”, “Gypsy” entre otras. 40 obras donde también destaca “Señorita Tacna” y “Adorable Enemigas” y “Caperucita Rojo”, que le hizo regresar al teatro infantil interpretando a la Abuelita de Caperucita”.
Su legado como artista se extiende como secretaria general de la ANDA (Asociación Nacional de actores) y la ANDI (Asociación Nacional de Interprete) como secretaria general.
Silvia Pinal Hidalgo nació en Guaymas, Sonora, el 16 de septiembre de 1931. Hija de María Luisa Hidalgo Aguilar y Moisés Pasquel, a quien conoció hasta que tuvo entre nueve y diez años de edad, pasó sus primeros años tras el mostrador de una marisquería ubicada cerca de la XEW, en la ciudad de México, donde trabajaba su madre. Cuando Silvia tenía cinco años de edad, su madre se casó con Luis Pinal Blanco, un periodista, militar y político veinte años mayor que ella, quien la reconoció como su hija y le dio su apellido.
Lo cierto, es que su figura fundamental del cine mexicano de la época de oro, el teatro y la televisión, ella fallece este jueves 28 de noviembre, a los 93 años. La noticia de su deceso ocurrido en un hospital del sur de la ciudad de México a causa de complicaciones pulmonares, fue confirmada por la empresa Televisa Univisión y posteriormente por fuentes cercanas a su familia, noticia que ha conmocionado al medio artístico, al público y medio nacional e internacionales.
Con una carrera de más de 6 décadas, la primera actriz había sido hospitalizada de emergencia el pasado 22 de noviembre por una infección en vías urinarias y en uno de sus pulmones, y aunque se tenía contemplado su egreso hospitalario el 27 de noviembre, éste no ocurrió debido al agravamiento de su salud, que derivó en arritmia cardiaca y presión baja.
En los últimos años, la salud de doña Silvia Pinal requirió de constantes cuidados médicos. En 2022, fue internada por COVID-19 y en 2023 sufrió una fractura de cadera que complicó su movilidad, obligándola a someterse a una operación delicada. Además, enfrentaba problemas crónicos como hipertensión y desgaste físico por su edad.
Cuatro veces distinguida con la Diosa de Plata de Pecime, la primera en 1965 (especial, por su labor en el extranjero), Mejor Actriz (en 1966 por “Los cuervos están de luto” y por “Divinas palabras” (1978), y en 2009 por Trayectoria, Silvia Pinal se inició en el teatro sobre el escenario del “Ideal” a una edad muy temprana, gracias a su relación (que pronto se formalizaría en matrimonio) con el actor y director Rafael Banquells, quien la ayudó a alcanzar un sólido aprendizaje del oficio y una inmediata popularidad.
La también actriz de “Cuando los hijos pecan” (1953) volvió a coincidir con Pedro Infante, a lo largo de 1952 en tres títulos: “Sí… mi vida”, de Fernando Méndez; “Por ellas, aunque mal paguen”, de Juan Bustillo Oro y “Un rincón cerca del cielo”, de Rogelio A. González, cinta en la que ‘compitió’ con Marga López por el galán cantante. La última película que los emparejó fue “El inocente” (1955), también de Rogelio A. González, quien tuvo el acierto de darle el papel de madre de Silvia Pinal a otra institución del cine mexicano, doña Sara García.
Por aquel entonces apareció en su vida profesional Tulio Demicheli, realizador argentino exiliado en México desde 1953, quien con títulos como “Préstame tu cuerpo”, “Una golfa” y “Desnúdate, Lucrecia” (las tres producidas en 1957) contribuyó de forma decisiva a modelar en el cine la imagen de Silvia Pinal como encarnación de la mujer fatal, perdición de los hombres y señuelo de sus fantasías sexuales más comunes.
En “Préstame tu cuerpo” Pinal encarnaría a una bellísima y escultural cantante que, tras fallecer inesperadamente, se veía envuelta en intrigas de alcoba. Respondiendo al imperativo título de “Desnúdate, Lucrecia”, la actriz posaba desenvuelta y reiteradamente para calendarios… Y en “Una golfa” encarnaría a ‘Diana’, una infeliz prostituta atribulada. Fue tal el éxito de estos tres títulos, que Silvia Pinal y Tulio Demicheli decidieron trasladarse a España en busca de una proyección más amplia para sus trabajos.
La permisividad de la censura era menor entonces en la España de Franco que en México, por lo que hubo de rebajarse el explícito erotismo de las comedias que habían constituido su lanzamiento comercial. Así y todo, Demicheli utilizó en las dos comedias a dos galanes que gozaban de popularidad al otro lado del Atlántico: Rubén Rojo en “Las locuras de Bárbara” (1958) y Alberto Closas en “Charlestón” (1959).
Más calidad tuvieron las dos siguientes películas, en las que Silvia Pinal, sin renunciar a su constante de clara incitación erótica, demostró un talento de primer orden para la comedia: “Adiós, Mimí Pompón” (1960), que coprotagonizó con Fernando Fernán Gómez, y “Maribel y la extraña familia” (1960), basada en la pieza teatral homónima de Miguel Mihura.
Divorciada de su primer marido, Rafael Banquells, Silvia Pinal se casó con el productor Gustavo Alatriste, quien la relacionaría con Luis Buñuel. Pinal trabajó consecutivamente bajo las órdenes del gran director español en tres de sus obras más significativas: “Viridiana” (1961), con Fernando Rey y Paco Rabal, “El Ángel exterminador” (1962) y “Simón del desierto” (1965).
Su tercer esposo, Enrique Guzmán, condicionó el regreso de la actriz a los escenarios y su establecimiento como estrella de la televisión mexicana. Con el cantante y actor produjo y estelarizó “Silvia y Enrique”’, programa cómico-musical, que se mantuvo durante cuatro años al aire, de 1968 a 1972.
Entre 1968 y 1969, Silvia Pinal intervino en dos de sus películas más aclamadas: “Los cañones de San Sebastián”(1968), donde compartió créditos con Anthony Quinn y “Shark” (1969), con Burt Reynolds. Dos años después, en 1971, protagonizaría “¡Cómo hay gente sinvergüenza!”, de René Cardona Jr., película que le proporcionó fama entre los espectadores más jóvenes y le permitió presentarse como estrella de comedias musicales (“Mame”y “Hello, Dolly!”), así como regentar dos teatros propios, el Silvia Pinal y el Diego Rivera, y aparecer de modo estelar en numerosos espectáculos televisivos.
Habiendo alcanzado el grado de «gran dama del espectáculo mexicano” y ya divorciada de Enrique Guzmán, Silvia contrajo un cuarto matrimonio con el político Tulio Hernández Gómez, quien fuera gobernador del Estado de Tlaxcala. Entre 1981 y 1987, Pinal fue primera dama de dicho estado y se desempeñó como presidenta del DIF estatal. Con dicho cargo, Pinal influyó en proyectos culturales como la restauración del Teatro Xicohténcatl y la zona arqueológica de Cacaxtla.
En televisión, además de programas de variedades y telenovelas, de las que fue pionera, en 1985 produjo y presentó el famoso programa de televisión “Mujer Casos de la Vida Real” que se mantuvo al aire por más de 20 años y se transmitió con mucho éxito en México, Italia, España y varios países de Latinoamérica.
En las décadas de 1990 y 2000, doña Silvia Pinal se dedicó a la actuación y a la producción de televisión. En ese tiempo participó en melodramas como: ‘Carita de ángel’ (2000), ‘Fuego en la sangre’ (2008), ‘Soy tu dueña’ (2010), ‘Mi marido tiene familia’ (2017), ‘Silvia Pinal Frente a ti’ (2019) y ‘Juntos el corazón nunca se equivoca’ (2019), siendo ésta su última telenovela.
Complementario a los méritos de su propia carrera, la actriz fue además el centro y origen de una saga artística que incluye a sus hijos (las actrices Silvia Pasquel y Viridiana Alatriste (fallecida), la cantante Alejandra Guzmán, el músico Enrique Guzmán Jr.) e incluso a una nieta, la cantante pop y actriz Stephanie Salas.
Eventualmente se convirtió en miembro del Partido Revolucionario Institucional y fue elegida como diputada federal en 1991. Más adelante, se convirtió en senadora y representante de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal de México. En estos cargos, Pinal logró conseguir que la Ley Cinematográfica contemplara el derecho de intérprete, trabajó en la Ley de Condominios y en la Ley del Turismo, hizo tareas en favor de la ecolo
gía, promovió la difusión de libros de teatro y luchó para que la Secretaría de Hacienda bajara los impuestos al teatro.
Desde los años cincuenta, Pinal participó activamente en movimientos sindicales de los actores de su país. Fue parte de la planilla ‘Rosa Mexicano’, fundada por Dolores del Río. Entre 1988 y 1995, Pinal se convirtió en dirigente de la Asociación Nacional de Intérpretes (A.N.D.I.) de México. Entre 2010 y 2014, Pinal también fungió como secretaria general de la Asociación Nacional de Actores (A.N.D.A.) de México.
Silvia Pinal también fundó la Asociación Rafael Banquells A.C., encargada de brindar ayuda, no lucrativa a los actores que lo necesitaran. Como presidenta de dicha asociación, instituyó en 1991 la entrega anual de los Premios Bravo a lo más destacado en música, cine, teatro, radio, televisión, doblaje y realización de comerciales.
Uno de los regalos que recibió la Dinastía Pinal en tan difíciles momentos, fue la reconciliación entre Alejandra Guzmán y Frida Sofia, quien entre sollozos se despidió de su abuelita a través de una llamada telefónica, diciéndole, lo mucha que la quería entre sollozos.
PALACIO DE BELLAS ARTES
Las autoridades de Palacio de Bellas Arte, máximo recinto Cultural de México, abrirá sus puertas para rendir un tributo de cuerpo presente a la primera actriz Silvia Pinal Hidalgo este sábado 30 de noviembre desde la 11:00 horas para que el pueblo y amigos despidan a la Gran Diva de nuestro país: En Paz descanse, Doña Silvia Pinal
Con información de PECIME (Periodistas Cinematográficos de México) y Victoria Íconos de México.
FOTOS: FRANCISCO MORALES/DAMM PHOTO