PIEL CON DERMATITIS ATÓPICA
La dermatitis Atópica, es un trastorno que provoca enrojecimiento de la piel y picazón. Es frecuente en niños, pero puede manifestarse a cualquier edad y no se ha encontrado cura, y si buscar un tratamiento de cuidado personal.
Conozcamos un poco más de este problema de salud de la piel y cómo mantenerla humectante y sana.
¿Cuál es el secreto para cuidar la piel con dermatitis atópica?, será desarrollado buenos hábitos?
Mientras más rápido exista un diagnóstico de dermatitis atópica, más sencillo será diseña hábitos para controlarla.
Los hábitos que diseñes puedan hacer la diferencia en el tratamiento.
Los primeros meses del año son clave para establece los hábitos que nos ayudarán a hacer cambios de largo plazo y aunque la salud siempre está en la lista, dejamos fuera de las prioridades el cuidado preventivo de la piel.
La dermatitis atópica es la patología alérgica más frecuente de la piel; generalmente inicia en los primeros meses de vida, con tendencia a desaparecer durante los años escolares, y en algunos casos, persiste desde la infancia hasta la edad adulta, de acuerdo con el consenso mexicano para el diagnóstico y tratamiento de la dermatitis atópica en los adolescentes y adultos.
¿Qué rol pueden jugar los hábitos en la evolución de la dermatitis atópica.
La dermatitis atópica requiere de una serie de estrategias que combinan tanto el tratamiento médico, la conciencia del cuidado de la piel en los pacientes, como el apoyo de familiares para lograr la adherencia de largo plazo. Al e de forma constante un comportamiento y volver habitual, se genera un sentido de satisfacción y auto control, reforzando la autoconfianza.
La Dra. Karina Santana, gerente medico de Inflación de Pfizer, recomienda los siguientes hábitos para tomar el control de la dermatitis atópica.
Visitar regularmente al dermatólogo para tener un diagnóstico oportuno:Planear las visitas al dermatólogo tanto de seguimiento, como en el momento que identificamos algo peculiar en la piel desde picazón, inflamación, prurito o lesiones nos da una ventaja para saber qué acciones tenemos que llevar a cabo para mantenernos saludables.
“Crear el habito de consultar el dermatólogo de forma regular tiene un impacto positivos pues la mayoría de las veces la colusión a esas molestias requiere algo más que una solución cosmética recomendó la doctora Santana.
Incorpora el tratamiento a alguna rutina que ya forme parte del día a día:
“Uno de los grandes retos es el apego al tratamiento, si el paciente lo interrumpe un par de días o cuando ya se siente mejor, es difícil que retome la disciplina hasta que tenga un siguientes brote”, agregó la Dra. Santana.
La solución es agregarlo como un paso previo a una actividad que ya el paciente de forma regular, por ejemplo entre que hace cama y se va a desayunar o antes de levarse los dientes por la noche. Si esto se repite de forma constante por 90 días, se convertirá en una actividad en automático.
Haz un diario de la evolución del padecimiento: Existe una carga emoción al que va de la mano con padecimientos como la dermatitis atópica. Llevar un diario ayudad a que puedas documentar el proceso desde la parte anímica hasta la evolución de los síntomas.
“Recordemos que aunque la dermatitis atópica es un padecimiento crónico, puede controlarse con el tratamiento adecuado; documentar el proceso no sólo ayudar al dermatólogo, también a el paciente pueda notar su progreso”, dijo la Dra. Santana.
Incorporar un ritual cada que notes una mejoría en el proceso, ya sea una semana sin rascar las lesiones o que empiece a disminuir el brote.
El cuidado de la dermatitis atópica es un proceso donde el progreso sucede por etapas, poner metas de corto plazo son un gran motivar para mantener hábitos saludables. Desde los primeros 30 días de apego al tratamiento, una semana sin rascar las lesiones, recompensa el esfuerzo logrado.
De acuerdo a Charles Duhigg, autor de “El Poder del Hábito” y el ganador de un premio Pulitzer, una de las formas más sencillas para hacer de una actividad un hábito es con 3 sencillos paso –ciclo de los hábitos-. Primero está la –Señal, el detonante que informa a nuestro cerebro que puede poner el piloto automático y el hábito que ha de usar. Luego la rutina, que puede ser física, mental o emocional. Por último está la recompensa, que ayuda a nuestro cerebro a decidir si vale la pena recordar en el futuro ese bucle en particular.
Con el último ese bucle se va volviendo más y más automático.
Mientras más rápido exista un diagnostico, es más sencillo será crear hábito de cuidado, que se traducirá en una mejora significativa en la calidad de vida y autoestima” señalan expertos de Pfizer.
Ante cualquier cambió en la piel, acude al dermatólogo.
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